Víctor Hugo dijo que el futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, para el miedoso lo desconocido y para el valiente la oportunidad.
Siempre me ha encantado escuchar a la gente “mayor” y a la gente que tiene muchos conocimientos. Son un pozo inagotable de sabiduría y experiencia acumulada. Aunque algunos piensen que determinadas cosas son solo para jóvenes, sigo creyendo que la edad es un concepto que nos hemos inventado. Hay parámetros culturales que deciden por nosotros que hay una edad para estudiar, hay una edad para trabajar, hay una edad para tener pareja, hay una edad para jubilarse y si no los sigues, eres raro. ¿Quién dijo que hay una edad para hacer las cosas? Frases como: “Es que a mi edad”. ¿A tu edad, qué? A las personas hay que mirarlas, apreciarlas y valorarlas por su personalidad, actitud, habilidades y no por la edad que tengan.
A estas alturas deberíamos habernos dado cuenta de que el mundo no es tan previsible. Cada uno de nosotros tiene su propio bagaje personal y va acumulando elecciones que a su vez van conformando su historia. Vamos cargando a nuestras espaldas experiencias, vivencias, intentos, frustraciones, que se van canalizando y depurando para dar paso a nuevas temporadas (superando muchas veces las series de Netflix), desprendiéndonos en el viaje de todo aquello que no aporte.
Reinventarse diariamente, sin importar la edad que tengas, forma parte de la vida. No podemos ni debemos borrar lo vivido pero si que nos sirva de base para avanzar y no dejar de buscar nuestra felicidad. Nunca se es demasiado joven para empezar un imperio ni demasiado viejo para conquistar nuevos sueños y lograr el éxito.
Al final del camino solo quedará lo vivido. ¡Volver a empezar porque queda mucho por andar!
Aplicado lo dicho a nuestros servicios, siempre hemos pensado que nunca es tarde para formarse, aprender un idioma, realizar un taller, crear un proyecto, participar en un plan, colaborar en una propuesta o hacer voluntariado, por poner un ejemplo; más bien, todo lo contrario, el aprendizaje ayuda en todas las edades a formar el propio ser y a tener la mente activa y despierta, así como es un excelente medio de socializar en una sociedad cada vez más individualista.